Mis miedos no tienen un pasador para activarlos o para apagarlos. Son progresivos, intuitivos y sobre todo muy repetitivos.
La vida es un constante variar de ilimitados elementos que la conforman. Cualquier cosa que podamos imaginar cambia, se transforma, se modifica en mucho más, se convierte en algo diferente o sencillamente se disipa y desaparece. Puedo imaginar que tus miedos son tus fieles compañeros, siempre presentes en diferentes formatos y con distintos tipos de implicaciones, nunca ausentes por completo. Lo que me cuesta visualizar es…
¿Quién te acompaña a superar tus miedos?

Una vez que ya todo comenzó
En el momento que te subes a la plataforma para saltar del puente, cuando caminas al avión para sentarte y esperar tu turno, en el instante cuando te toca enfrentar a tu pareja y decirle lo que va a pasar. En esos eternos segundos, ya las estructuras que edificaron ese camino hasta ahí se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Es altamente inconveniente, compartir pesadas cantidades de nuestros recursos emocionales en situaciones ya pasadas.
El miedo o el temor una vez que ya todo comenzó seguramente seguirá presente… No para monopolizar nuestros pensamientos sino para agudizarlos, para afinarlos, para permitir que se activen los cinco sentidos y ponerlos a trabajar duro, junto a todas nuestras herramientas de auto control necesarias para lograr el objetivo.

Invertir grandes cantidades de energía y concentración en luchar con algo que sabemos con antelación que va a estar presente, no parece ser muy conveniente
Al tomar conciencia de que aparecerá y que no se esfumará aparece una espontánea y poderosa sensación de fluidez que permite avanzar hacia el objetivo trazado con anterioridad.
No es muy ilógico pensar que si se logra centrar la concentración en el momento exacto, en el instante y en el lugar correcto, existirán muchas más posibilidades de obtener buenos resultados que si se desvían recursos emocionales, en analizar o luchar con temores ya conocidos y nada sorpresivos.
Antes de iniciar
Primero hubo una chispa que inspiró fibras motivacionales de esas que construyen sueños. Luego para haber llegado al momento de ejecución fue necesaria una etapa de planificación y preparación, aquí surgieron numerosos obstáculos que encendieron las llamas del temor. En este proceso donde se avanza y se cuestiona simultáneamente, es exactamente donde la conciencia del miedo permite continuar sin la necesidad de eliminarlo, mas sí, de administrarlo. Aumentando la concentración y por ende las posibilidades de éxito.
Por otro lado, en ocasiones los temores detienen cualquier indicio de solución o posibilidad, negando la factible opción de avanzar, de explorar y de desarrollar las herramientas que permitan alcanzar un objetivo. Es decir, antes de iniciar, si quiera de intentarlo se detiene la marcha sin estar realmente seguros si se continuase, se hubiese encontrado los elementos para lograrlo, quien tomó la decisión en esta ocasión fue el temor, el mismo que formó el miedo que podíamos estimar que no desaparecería… valdría la pena preguntarnos,
¿ Aún con ese temor pudiésemos haberlo logrado?

Cuando no piensas en ellos
Los miedos y los temores no hay que tratar de eliminarlos sino simplemente, administrarlos
Somos humanos
El temor que me dan los miedos no es que me pueda parar, sino que no logre volver a avanzar

Finalmente… ¿Quién te acompaña a superar tu miedo?
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