3 PASOS PARA COMENZAR

Lo primero que habría que aclarar es que todo acto de “Comenzar” se inicia por un “Terminar” es decir, el empezar a procurar cualquier objetivo, siempre vendrá directamente asociado con el hecho de haber finalizado algo.

Por supuesto, es bien sabido por todos (porque lo vivimos a diario) que las fronteras entre un estado (comienzo) y otro (final) no son nada claras. Carecen de una visible señalización que permita identificar fácilmente, las condiciones del momento, para establecer las posturas más idóneas de todo proceso.

, hay que resaltar las vertiginosas velocidades con las que se mueven nuestras vidas y nuestros entornos. Pudiendo llegar a ser tan punzantes en nuestro equilibrio emocional, que sea sumamente difícil no entrar en pánico (evidente o no) y derivar de él, en una pesada angustia que haga realmente heroico, el proceso de finalización o de arranque de algo. 

Recurrentemente es nuestra consciencia o las influencias de las condiciones que afectan a nuestras vidas, quienes nos sugieren que ha llegado el momento de arrancar. Esa – insistencia externa – es tan grande que en ocasiones podemos estar completamente convencidos que somos nosotros mismos, quienes lo hemos decidido. No obstante, es oportuno hacer la aclaratoria de haber incluido deliberadamente “nuestra consciencia“ dentro de los – factores externos – que nos insinúan emocionalmente  (al punto de hostigarnos) la necesidad de arrancar. Nuestra consciencia sin duda forma parte íntima y esencial de nuestro mundo individual, de hecho nos permite Sin embargo, este acto de introspección para que sea confiable, debe ser realizado en total libertad, y aquí en este punto, lo recalco en mayúsculas muy grandes… en TOTAL LIBERTAD.

Esa libertad que solo se puede lograr cuando nos autodistanciamos de nosotros mismos para comprendernos y vernos como afectamos a nuestros entornos, a nuestros seres queridos, a nuestros objetivos… Mejorándolos o complicándolos.

   UNO

Avanzar exige dejar atrás. No significa olvidarlo u obviarlo, todo lo contrario. Es asumir conscientemente, que ese primer paso para “Comenzar“ se iniciará con el desprendimiento de lo que ancle, la falta de movimiento.

Foto por @teppasrockphoto

Ese desprender esta directamente asociado con el apego y la necesidad de controlar. El permanecer, asegura (lo bueno o malo, lo positivo o negativo) y ese el punto a superar. Para comenzar habrá que soltarlo y dejarlo ir.

Un arquero, iniciará un lanzamiento, cuando haya asumido que su flecha en unos instantes se habrá ido. La habrá liberado y ella, lo habrá hecho a él mismo, para que cada uno pueda continuar su camino.

DOS

Esperar el mejor momento puede alejar el instante correcto. Sin dudas, el tiempo de arrancar idóneo, será cuando la mayor cantidad de energías estén dispuestas en el objetivo propuesto. Sin embargo, tenerlas absolutamente todas, parece poco probable…

¿Imposible? Seguramente no…

¿Poco factible? Probablemente si…

Administrar los recursos técnicos, logísticos, emocionales y todos los que puedan afectar el comenzar, coloca en un escenario de factibilidad, el que las cosas vayan avanzar, sencillamente porque se parte, de no tratar de llenar un imposible, sino de construir poco a poco, un posible.

Por supuesto, la consciencia de que si no se empieza, no existirá forma alguna de que se logre, determina un imprescindible comienzo. Un arranque que no partirá de la perfección de sus componentes, sino de la convicción que con la mayor cantidad de recursos, será suficiente para avanzar y administrar los requerimientos que vaya exigiendo ese accionar.

TRES

La auténtica claridad individual, de que solo el camino esta garantizado. Esperar arrancar a cuando se esté completamente seguro que se podrá llegar, es un utopía que solo resta energía. Nuestros objetivos, son máquinas orgánicas que funcionan con el movimiento. A medida que se avanza y se van obteniendo minúsculos aciertos, los recursos irán creciendo.

Ese fortalecimiento producto del movimiento, es independiente al componente físico de individuo. Tiene que ver con la razón del objetivo y su proceso para obtenerlo.

Nada podrá ser logrado sino es buscado o aceptado.

La vida es un ente dinámico en constante actividad. Nunca esta absolutamente pasiva, al estarlo se transformaría indefectiblemente en muerte. Por consiguiente, al estar todo constantemente cambiando, se irá transformado y todo, estará siendo transformado. Es el eterno escenario de cualquier objetivo. No seria nada sorpresivo, descubrir que no todo en ese camino será controlado, por eso el objetivo, no podría ser absolutamente garantizado. Más aún si, la actitud productiva y positiva con la que con ese comenzar, inicie un proceso de valorar cada paso avanzado.

Los grandes objetivos están construidos por pequeños pasos, honestamente valorados

PRÓXIMO POST: ¿Subimos al Morro? 5 años atrás

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir notificaciones de nuevas entradas.

Suscríbete a nuestro sitio web

[mc4wp_form id=»12416″]

Foto por @lucollgo

Deja una respuesta