¿Quién te acompaña a superar tu miedo?

Mis miedos no tienen un pasador para activarlos o para apagarlos. Son progresivos, intuitivos y sobre todo muy repetitivos.

La vida es un constante variar de ilimitados elementos que la conforman. Cualquier cosa que podamos imaginar cambia, se transforma, se modifica en mucho más, se convierte en algo diferente o sencillamente se disipa y desaparece. Puedo imaginar que tus miedos son tus fieles compañeros, siempre presentes en diferentes formatos y con distintos tipos de implicaciones, nunca ausentes por completo. Lo que me cuesta visualizar es…

¿Quién te acompaña a superar tus miedos?

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Foto por @teppasrockphoto

Una vez que ya todo comenzó 

En el momento que te subes a la plataforma para saltar del puente, cuando caminas al avión para sentarte y esperar tu turno, en el instante cuando te toca enfrentar a tu pareja y decirle lo que va a pasar. En esos eternos segundos, ya las estructuras que edificaron ese camino hasta ahí se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Es altamente inconveniente, compartir pesadas cantidades de nuestros recursos emocionales en situaciones ya pasadas.

El miedo o el temor una vez que ya todo comenzó seguramente seguirá presente… No para monopolizar nuestros pensamientos sino para agudizarlos, para afinarlos, para permitir que se activen los cinco sentidos y ponerlos a trabajar duro, junto a todas nuestras herramientas de auto control necesarias para lograr el objetivo.

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Foto por @vic_omalley
Invertir grandes cantidades de energía y concentración en luchar con algo que sabemos con antelación que va a estar presente, no parece ser muy conveniente

Al tomar conciencia de que aparecerá y que no se esfumará aparece una espontánea y poderosa sensación de fluidez que permite avanzar hacia el objetivo trazado con anterioridad.

No es muy ilógico pensar que si se logra centrar la concentración en el momento exacto, en el instante y en el lugar correcto, existirán muchas más posibilidades de obtener buenos resultados que si se desvían recursos emocionales, en analizar o luchar con temores ya conocidos y nada sorpresivos.

Antes de iniciar

Primero hubo una chispa que inspiró fibras motivacionales de esas que construyen sueños. Luego para haber llegado al momento de ejecución fue necesaria una etapa de planificación y preparación, aquí surgieron numerosos obstáculos que encendieron las llamas del temor. En este proceso donde se avanza y se cuestiona simultáneamente,  es exactamente donde la conciencia del miedo permite continuar sin la necesidad de eliminarlo, mas sí, de administrarlo. Aumentando la concentración y por ende las posibilidades de éxito.

 

Por otro lado, en ocasiones los temores detienen cualquier indicio de solución o posibilidad, negando la factible opción de avanzar, de explorar y de desarrollar las herramientas que permitan alcanzar un objetivo. Es decir, antes de iniciar, si quiera de intentarlo se detiene la marcha sin estar realmente seguros si se continuase,  se hubiese encontrado los elementos para lograrlo, quien tomó la decisión en esta ocasión fue el temor, el mismo que formó el miedo que podíamos estimar que no desaparecería… valdría la pena preguntarnos,

¿ Aún con ese temor pudiésemos haberlo logrado? 

 

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Foto por @teppasrockphoto

Cuando no piensas en ellos

Partiendo que esas emociones perturbadoras (miedos y temores) van a permanecer antes, durante y seguramente luego de cualquier gran acontecimiento, podemos afirmar que…
Los miedos y los temores no hay que tratar de eliminarlos sino simplemente, administrarlos
Esto quiere decir, que si los dejamos a un lado conscientemente, sin olvidarlos (ya antes nos referimos a la importancia que tienen para mejorar la concentración) podremos tener mucho más espacio emocional y racional en nuestras mentes para poder tomar las mejores decisiones, e inclusive puede haber tanto espacio, que la actitud de disfrutar cada aspecto del trayecto, no la vamos a olvidar.
Todo se trata de la capacidad de nuestros recursos, por supuesto su utilidad tendrá un mayor o menor impacto positivo, en función del correcto destino que se le puedan dar a esos recursos… Al tener la mente liberada, cuando no piensas en ellos, cuando esos monstruos del miedo y del temor ya no tienen el poder para tomar tus decisiones, las posibilidades de continuar y alcanzar el objetivo aumentan drásticamente.

Somos humanos 

Por más consientes estemos de estas situaciones que activan nuestros miedos y nuestros temores debemos fortalecer las herramientas que reducen esas emociones perturbadoras. Sin embargo, somos humanos es natural que nos paralicemos, que nos confundamos e inclusive que podamos dar un par de pasos hacia atrás. Si utilizamos la misma consciencia que conoce muy bien nuestras debilidades, tendremos grandes opciones para superarlas con habilidades.
Cuando me detuve a los primeros 50 metros de altura en la primera reunión (sitio donde al escalar se cambia de una cuerda a otra) ya mis amigos Daniel y Ernesto estaban firmemente anclados a la roca. Al llegar yo a ese punto, fui ayudado para estabilizar mi silla de escalada en un minúsculo saliente de piedra. Pude respirar profundo luego del esfuerzo y la satisfacción de haber culminado esta fase inicial de nuestro desafío. Observé la monumental perspectiva de más de 180 grados que se abría de una manera impensable para mí, no muchos años antes. Escuchaba y respondía la emoción que compartíamos en ese preciso instante y en ese inolvidable lugar.
A pesar que ya llevar un buen tiempo colgado en una cuerda, aún cuando el primer objetivo logrado me fortalecía, tuve que detenerme unos instantes a reflexionar sobre lo que sucedía… ¿Cómo yo, una persona parapléjica que requiere de una silla de ruedas para desplazarse podía estar ahí, sentado a 50 metros de altura, al borde del abismo? ¿Cómo?
Antes de poderme responder, ya estaba paralizado… Aterrado. Mis miedos hasta ese momento casi ausentes florecían atentando tomar el control. Vinieron a mi mente varias escenas con un tamiz de tragedia. Fallé, me desvanecí por pocos segundos. Afortunadamente, la preparación física y mental, aunado a la inmensurable capacidad de reacción de cada miembro del equipo, me dieron la tranquilidad necesaria para continuar. No antes, decidí sacar mi teléfono para tomar una foto panorámica del lugar y enviarla a mi hogar permitiendo que todos la pudieran disfrutar, casi en tiempo real.
El temor que me dan los miedos no es que me pueda parar, sino que no logre volver a avanzar 
5.Caracas@ephcto
Foto por @ephcto

 

Finalmente… ¿Quién te acompaña a superar tu miedo?

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